domingo, 5 de julio de 2009

Llegada a Montevideo

Bueno, pues por fin llegué.

Antes de llegar, de todas maneras, ocurrieron cosas.

El viernes, Eugenia me prestó para el viaje la típica riñonera esa que se usa para cuando llevas un montón de dinero porque tu banco desconfía de ti para hacerte un crédito, y te vas a un país extranjero. Ahí guardé del dinero.

En este punto, quiero dejar aquí constancia de la paciencia de mi amiga Eugenia, a la que he dejado el cuarto que va a ocupar, hecho un desastre (tendría que colgar una foto del cuarto, pero no tengo, lo siento).

Empezó la cuenta atrás.

Al aeropuerto fui con tiempo, gracias, Jara.

Me subí al avión, muerta de miedo. Pero la verdad es que con la capacidad que tengo de dormir... no sé por qué me preocupo. Me dormí el viaje entero. El caso es que justo antes de llegar de repente oigo por la megafonía: "si alguien ha perdido un sobre que por favor se lo diga a alguien del equipo azafático; repetimos, si alguien ha perdido un sobre que por favor lo diga". Entre medias del sueño me llega una ligera idea del exterior, ¿un sobre?, ¿llevo yo un sobre? Sí, llevaba un sobre. Pero no. Está bien guardado. En su sitio. Me toco la pantorrilla. Mi amiga Eugenia me ha dado una bolsita muy apañada y mi sobre está bien guardado. Pero un sobre... justo un sobre... ¿cuánta gente llevará sobres en este avión? voy a mirar por si acaso... Me toco la bolsita, meto la mano...y de repente..me siento la pierna... noooooo, la bolsita estaba rota.....Efectivamente: el sobre no estaba en mi muslo. Increíble, la carterita estaba llena de agujeros... (1500€- Gracias por pensar en separar el dinero)... A veces no me soporto... Pero bueno, recuperados. Menos mal que no fue en la calle, que fue en el avión y que un amable uruguayo los devolvió.

El caso es que llegué.
Al salir del avión. Frío de invierno.
Frío de verdad.
Es cierto, en este lado hace frío de invierno. De invierno de verdad.
Parece mentira. Fue realmente divertido y de las cosas más sugerentes que me han pasado desde hace tiempo. La gente en el avión iba vestida con chanclas y de repente al salir iban todos con abrigos de pieles. Es una buena película, el antes y el después. Una foto subiendo al avión todos de verano y otra bajando... habrá que pensarlo. Puede dar para una peli muy absurda, ¿no?

El caso. Miedo de pasar la frontera con el chorizo y el jamón. Pero nada. Pasé. Nada más llegar recibo un mensaje de Cristina: "estoy malita, un virus. Te va a buscar mi amiga Mariana, leva un gorro negro. Prometo pagártelo, lo siento". ¡La pucha!, que diría Mafalda. Con el mal cuerpo que llevo y encima la Cristi no viene. No pasa nada.
Veo a una chica con gorra negra, y sí es Mariana, que sujeta una hoja de papel que pone "Ana Guerra". "Hola, ¿Mariana?" "Hola, tú, Ana, ¿no?" Besos, besos. Pues sí, la Cristi está mala...salimos, vamos al coche...y de repente alguien me toca..."la Cristiiiii" Abrazo fuerte fuerte fuerte...entre maletas, mochila, nervios, cansancio y por supuesto, mate....

Y entonces sí, ahora sí, cogemos el coche dirección casa de la Cristi con matecito y bollitos, en el Chevete (Chevetete) de Mari. Os pongo una foto:



(Un elemento increíble de Montevideo son los coches, a ver si consigo hacer fotos también de los coches, que merece la pena. Y ya os contaré).

Bueno, pues eso, que llegamos a casa de la Cristi. Mari se fue (la veríamos más tarde; que aquí lo que pasa es que continuamente ves a la gente una y otra vez. Quedas, desquedas, quedas otra vez, te separas, y otra vez vuelves a quedar otra vez).

A eso de las 10 de la mañana de seguido nos fuimos a la feria, el mercado donde se compra. Hicimos comida (la Cristi que me está mimando a mí).

La Cristi se fue a jugar al fútbol y yo ya no podía más. Así es que siesta con Nici.

Después, vino otra amiga de Cris, que reaparecería más tarde, Vero Puchnick. De aquí en coche con Vero y con otra Vero, Brun, a un lugar maravilloso a un espectáculo donde había tanto niños como grandes muy hippie muy hippie...(cabaret, reciclaje, samba, claqué, señores andando por la pared), linkeo:
http://latasonica.com.uy/

De ahí-aquí, un vino y jamón.

Y tá, como dirían acá.

A la cama que yo ya no podía más.

Me quedan para otros posts (cuando me sepa más os cuento):
ciudad de Montevideo
coches
las ferias
los espectáculos, la música

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